Siempre he soñado en tener mi propio mundo, en el que me
podía comer tantas chuches como quisiera, en el que podía gritar, cantar y
bailar por las calles sin que a nadie le molestara, en el que podía reírme sin
que nadie me hiciera hacer lo contrario, en poner mis leyes, y la £nica que
hubiera era ser feliz ante todo, compartiendo tu sonrisa.
Ir poniendo muecas a todo el mundo y que te respondieran con
una mil veces peor, rodar por toda la playa llenándome entera de arena, llegar
al agua y no dejar de salpicar y hacer tonterías.
Montarte encima de las mesas para saltar, y que los demás
también lo hagan, beberme una taza de chocolate y que pareciera que tuviera un
gran bigote marrón, pasear por un sitio lleno de margaritas y preguntarles si
me quiere, o no...
Todo eso y es como desearía que fuera todo, en un mundo que
solo te dejan llorar de felicidad, y sin preocupaciones.
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